viernes, 23 de diciembre de 2011

FELICES FIESTAS

Debo reconocer que no soy ningún entusiasta de esta Fiestas. Aparte del tópico, cierto, de que son la locura del hiper-consumismo, me parecen unos días mas tristes que otra cosa. De todas formas quiero desearos a todos unos días llenos de felicidad y los mejores deseos para el año 2012. Que todos encontremos ese ejemplar que llevamos persiguiendo tanto tiempo ( no os digo el mio que me lo levantáis), y, sobre todo, que dentro de un año  volvamos a reunirnos, aunque sea virtualmente, todos y en buena salud.
Un abrazo.
Alfonso.


sábado, 17 de diciembre de 2011

DE MIEDOS Y LIBRERÏAS

Hoy, por fin se desveló el secreto. Durante los últimos días el misterio parecía haberse adueñado de mi humilde morada. Cuchicheos telefónicos. Salidas misteriosas. Actitudes sospechosas. Soy por naturaleza confiado, pero llegó un momento en que algo parecido a un mosqueo de calibre XXL empezó a rondarme.
 Como soy de la opinión  de que las cosas hay que aclararlas cuanto antes me dirigí resueltamente a mi sufrida que estaba ocupada, cinta métrica en mano, en medir todas las paredes de la casa minuciosamente.

-¿Tienes un momento?.- Pregunte melifluo.
-¿No ves que estoy ocupada?.-  Contestó con aspereza.-¡No vengas a darme el coñazo!-. Añadió con un cabreo mas que mediano.
Animado por la respuesta me adentré en el meollo del asunto.
-¿Pasa algo que yo no sé?-
-¡Nada que te pueda interesar!. Y ahora vuelve con tus dichosos libros y déjame en paz que tengo mucho que hacer.- Y, a modo de conclusión, se alejó, metro en ristre, pasillo adelante.

Siempre he sido muy perspicaz ( y obediente) y, mientras volvía con mis dichosos libros, mis sospechas iban en aumento. Algo en la respuesta de mi mujer me hacía pensar que me ocultaba algo. Lo que no me cuadraba era su entusiasmo métrico. ¿Que relación podía haber entre el hecho de tener un amante y las dimensiones de nuestra, por otra parte, exigua morada?¿Estaría barajando la idea de formar un trío y quería comprobar si el piso era lo suficientemente amplio? Peor aún: ¿estaría pensando crear una comuna de paz y amor al modo de San Francisco en los 60? Aterrado ante la posibilidad de ver convertida mi biblioteca en un templo al amor libre y al desenfreno orgiástico cerré  la puerta con llave y me quedé dentro dispuesto a hacerme fuerte ante el inminente ataque de hordas de hippies fumados y libidinosos.
Pero la carne es débil y los aromas ( cordero asado) que, procedentes de la cocina, se colaban por los resquicios de la puerta  pronto vencieron mis propósitos numantinos. Así que haciendo acopio de dignidad me  encamine al comedor en el que mi mujer a modo de un Publio Cornelio Escipión domestico me esperaba con mirada sarcástica.

-¿Vas a salir esta tarde o te vas a volver a encerrar entre libracos?- Me pregunto.
-¿Pfowr jhe?- Inquirí a mi vez con la boca llena de cordero.
-Por que va a venir alguien.-( Ya está, los hippies, deduje).
-¿Jwieng?. Pregunté mientras hacía un esfuerzo por deglutir de un golpe  la respetable cantidad de cordero que tenía en la boca. Cuando gracias a una serie de enérgicos golpes que mi propia, armada con una paleta de servir de respetable tamaño, me propinó en la espalda, conseguí expulsar parte del cordero alojado en mi traquea y dejé de toser, continué ya con mas claridad.
-Bueno, había pensado salir a cómprame una camisa de flores y unas sandalias menorquinas.-
-¡Tu estás gilipollas!. Pues no te faltaba mas que ir disfrazado de hippie a tus años y con esa tripa.-
-Bueno querida, era para no desentonar.- Contesté con actitud dolida.
Se me quedó mirando un momento con expresión de querer llamar al servicio de urgencias del manicomio mas cercano, luego agitó la cabeza ( hace tiempo que tiene la certeza de que estoy como una regadera) y me dijo.
-Pues esta tarde no te mueves de casa.-

Sabedor de que no hay elemento humano ( y, sospecho que divino tampoco) capaz de resistirse a tan amable sugerencia, una vez dada cuenta del cordero me senté en un sofá dispuesto a esperar lo inevitable. Decidí, eso si, adoptar una actitud de indiferencia y mudo reproche, cosa bastante difícil por otra parte como puede comprobar cualquiera que lo intente.

Una hora después un timbrazo me despertó violentamente. Oí voces masculinas en la puerta y rápidamente adopté la postura del loto dispuesto a dar buena imagen a nuestros, suponía yo,  futuros compañeros de orgía.

Dos fornidos operarios asomaron por el salón llevando un enorme mueble en volandas. Mueble que tras una detenida inspección por mi parte resultó ser una biblioteca magníficamente vacía.

-¡Sorpresa, sorpresa!-
Miré a mi mujer con expresión de no entender nada. Luego, se hizo la luz. Todo encajaba a la perfección, cinta métrica incluida. Acompañé a los sufridos porteadores hasta el lugar previsto palmoteando como un niño pequeño. Conseguí sacarles de quicio a base de instrucciones totalmente contradictorias. Al final, ante la amble sugerencia de mi propia  (¿Porqué no te vas a cagar y dejas a la gente trabajar en paz?) me retiré al cuarto de baño (ya he dicho que soy muy obediente). Media hora después tras denodados (e infructuosos) esfuerzos y ante la imposibilidad de cumplir la orden recibida,decidí salir a ver como iban las cosas.

-¿Han terminado?-. Pregunté con voz trémula.
 -Mira, ¿te gusta?-.
Miré y me quedé embobado. Metros de baldas maravillosamente vacías se extendían ante mi.¿Existe mejor espectáculo para un amante de los libros?
-Espero que te quepan todos los que has colocado bloqueando la entrada de mi baño y encima de mi cama-. dijo mi mujer con cierto retintín.
¡Que susceptibles son a veces las mujeres!



                                                           I T I N E R A R I O
                          EN QUE SE CONTIENE
                                    EL MODO DE HACER CON UTILIDAD   
                                         los Viages a Cortes Eftrangeras


                                          Con dos Dissertaciones
                                   LA PRIMERA SOBRE EL MODO
                                  de ordenar, y componer una Librería
                                   LA SEGUNDA SOBRE EL MODO
                                       de poner en orden un Archivo







Valencia. Por Benito Monfort ,junto al Hofpital de Eftudiantes. Año 1759. En 8º. 2ª Edición (1ª en castellano). La 1ª es la de Augsburgo , 1751.




                                       
  Encuadernación en holandesa moderna. Lomo con cinco nervios, orlas, filetes y autor y título dorados.
Guardas en papel de aguas. Ignoro el encuadernador.




                            
                                        



Anteportada. Portada. Juicio de D. Agustín de Sales. Licencia. Tasa. Prólogo. Tabla de materias(24). 304 páginas. Falto del grabado. Exlibris manuscrito de D. Joannes Valdés Barrera Presvit 1808 (?).




 D. Benito Monfort y Besades (Valencia 1716-1785), fue el gran impresor valenciano del siglo XVIII, el gran siglo de la imprenta en España. Junto con Joaquín Ibarra, con quien compartió año de fallecimiento, y Antonio Sancha, ambos afincados en Madrid, forma el triunvirato de oro entre los numerosos ( y buenos) impresores españoles de este siglo. Sus obras son muy numerosas. Su primer trabajo fué: Sermón a San Pedro de Alcántara. Fr. Antonio Andrés. Valencia 1757. 4º, 6 h., 44 pág. Entre sus mejores trabajos están la  Crónica del Señor Rey Don Juan, 1779, gran folio, 2h. XX, 636 págs. y la Historia General de España, 1783-1796. Nueve volúmenes en gran folio, por los que yo vendía mi alma.







Oliver Legipont (1698-1758), fue un bibliógrafo Benedictino alemán.
El libro consta de tres partes. La 1ª es una guía de viajes  a las Cortes Extranjeras para los jóvenes nobles. ¡Curiosa guía!.  Además de los consejos al uso, algunos desternillantes, al final incluye una serie de relaciones de utilísimo provecho: Papas, Antipapas, Emperadores Reyes de todos los reinos habidos y por haber, año de las principales batallas, hechos importantes del Siglo. Mas que una guía es un texto imprescindible para cualquier concursante de televisión ( naturalmente TVE2).





La segunda parte "Dissertacion sobre el modo de ordenar y compner una librería" es una autentica delicia. Se nota que el bueno de Oliver era uno de los nuestros. Escrita de forma muy amena y con no poca gracia nos va dando consejos sobre todo lo que incumbe al tema: orden, clasificación, conservación, etc.

Respecto al utilidad de hacer un índice de los libros, este es uno de los mejores consejos que he leído:

           Quien estas señas deshecha
           no pierde poca ventaja
           lo que busca se baraja
           mal, y tarde se aprovecha
          Quien, de los libros que tiene
           índice formar no intenta
          ni sabe donde se sienta
          ni como cual se ordene

Y este que sigue tampoco es manco:

         Guardaba un arca llena de carcoma
         los libros que compuso en griego idioma
         e ignorantes los ratones hartos
        se hacían de comer sus nobles partos.






Termina con la Dissertación  II: Sobre el modo de poner en orden un archivo.
Buenas noches.

jueves, 8 de diciembre de 2011

ANIVERSARIO Y ESTADÍSTICAS

Este blog está hoy de aniversario. Hace poco mas o menos un año "El bibliófilo incorrecto" asomaba tímidamente en la red. Doce meses mas tarde aquí sigue. Durante este año este los lectores han tenido tiempo, y material, suficiente para entender lo de incorrecto del título, aunque lo de bibliófilo na haya quedado tan claro. 
Pero, como bien sabéis los que con mas o menos asiduidad habéis tenido la infinita paciencia de soportarme,  los conocimientos que me faltan los suplo bastante bien a base de caradura y una ausencia total de pudor. Y, así, he conseguido llegar a este aniversario después de cuarenta y tantas entradas. El mundo es de los osados.

Me apresuro a reconocer que el gran beneficiado con todo este tinglado, sin lugar a dudas, he sido yo. Primero, no podía ser de otra manera, por los muchos amigos ( permitidme el tratamiento) que he ganado. Gracias a este blog he entrado en contacto con gente maravillosa. Creedme si os digo que en los momentos duros, y a fe mía que los ha habido, vuestro cariño ha sido algo que nunca olvidaré. Por no hablar de vuestra paciencia ante los disparates que regularmente he ido publicando y que, desde ya, os amenazo con continuar haciendolo a partir de ahora.

  Gracias a vuestros comentarios y a la lectura de lo que habéis ido publicando en vuestros blogs respectivos he aprendido cosas que ningún libro me hubiese enseñado. No digo que hayáis sido capaces de desasnarme, no. Haría falta varios siglos para ello y no creo que tengáis tiempo para ello. Pero mis conocimientos han pasado de inexistentes a minúsculos, lo que no es poco. Y lo mas importante: he aprendido ha sido amar a los libros  como se merecen.

  Y luego está la cosa estadística. Mas de 10.000 visitas este año ( bueno algunas son mías, pero no muchas) son para sentirse mas que satisfecho. Tanto que ya he dejado de presionar, con amenazas que dejarían satisfecho a cualquier Inquisidor General de los mejores tiempos, a parientes y amigos para que visiten el blog.
De todas maneras esto de la estadística es algo curioso. Siempre que toco este asunto me acuerdo de un amiguete que ha llegado a la conclusión de que el uso del cinturón de seguridad es peligrosísimo. - ¿Ves?- me dice blandiendo las estadísticas de tráfico.-El 30% de los muertos en accidente de coche no llevaba puesto el cinturón de seguridad, ergo el 70% si lo llevaba. Por lo tanto la posibilidad de palmar es mas del doble si vas con el cinturón puesto.-Concluye con aire de triunfo.

A lo que iba. Después de un análisis riguroso he llegado a una conclusión curiosa. El número de visitas tiende a aumentar si tardo mucho en publicar la siguiente entrada. Cualquiera menos ducho que yo en la difícil ciencia estadística podría llegar a pensar que lo sagaces textos que acompañan al libro aburren soberanamente al personal. Menos mal que yo se que es el producto del reflejo en la inflexión del flow demoscópico debido a una corrección de los efectos colaterales sobre el impacto en una muestra compensada dentro de un escenario modelo en la escala de Fhressmiannn.

Para celebrar tan magno acontecimiento hoy pongo uno de mis favoritos. Espero que os guste. ¡Va por ustedes!


                                   TRACTATUS SACERDOTALIS: de 
                            ecclesisticiis sacramentis ac debitis..





Zaragoza. Jorge Coci. 1517. LXXX, (54) h.. En 4º. Martín-Abad 1.100, Norton 699.

Impresionante portada a dos tintas con orla xilográfica. Marca tipográfica. Restaurada (Camacho) y falta de un trozo. La restauración fue muy complicada, la portada estaba destrozada y en múltiples pedacitos. Este puzzle lo resolvió Angel Camacho con su maestría habitual. El resultado está a la vista. Por desgracia faltaba una parte.





 Encuadernado en pergamino. Cintas de cierre. Titulo rotulado en lomo.




Fecha y lugar de edición sacados del colofón. Tipografía gótica impresa a dos columnas. Capitulares.
El Cat. Col. cita cuatro ejemplares.



    

  
La tipografía es soberbia, típica de Coci. Alemán instalado en Zaragoza, es uno de los pioneros de la imprenta en nuestro país. Con un estilo muy centro europeo sus tipos son magníficos. Amante de publicar a dos tintas entre sus muchas obras destacan  el "Amadís de Gaula" (1508) y una "Tragicomedia de Calisto y Melibea" de 1507. Muchas de ellas van adornadas con grabados de los que era gran aficionado.




El libro tiene dos grabados a plena página. Uno, al verso de la portada, representa a Cristo  rodeado de los  de los cuatro evangelistas. El otro representa a un sacerdote en el momento de la elevación.










El estado del libro, exceptuando la portada, es bueno. Gran papel e impresión fresca y clara. Anotaciones marginales de época. Texto manuscrito en última hoja y hoja de respeto( restaurada).






Gracias y un abrazo a todos.









martes, 25 de octubre de 2011

OTOÑO

Al final ha llegado. Aunque este año se ha hecho de rogar. El aire madrileño empezaba a estar tan cargado que colocaba. Vamos, que unos días mas y los camellos hubiesen acabado en la cola del paro. Lo que nos faltaba. Eramos pocos y parió la abuela.
Hoy Madrid ha amanecido lluvioso. Gozosamente mojado. Me encanta la lluvia de Otoño. Será por mi origen cantábrico.
Equipado de impermeable y el preceptivo gorro me he lanzado a la calle. Olía a Otoño. Con paso seguro y gallardo, he intentado cruzar el Paseo de la Castellana por el paso de cebra. No he pasado del intento. Al poner el pie en la primera raya del antedicho paso he pegado un patinazo que ha mandado mi paso gallardo a freír puñetas. Lo que era un andar pausado y elegante se ha convertido en una replica (mala) del slalom alpino. Esquivando con una habilidad impropia de mi edad a dos señoras con perrito, algún ejecutivo trajeado y tres agentes de movilidad, lo que no deja de tener su aquel, me he acabado empotrando con un malabarista argentino que ha elegido tan peregrino sitio para mostrar (con muy poco éxito) sus habilidades a los conductores atrapados en el monumental atasco.
 En honor a la verdad hay que decir que el espectáculo de un malabarista porteño abrazado a un señor de edad provecta y barriga prominente tocado con un gorrito ejecutando furiosamente lo que parecía una mezcla de  tango y lucha grecorromana mientras una serie de bolos les golpeaban en la cabeza ha resultado bastante mas exitoso que los malabares anteriores. Los, hasta ese momento, cabreados conductores (el atasco era de padre y muy señor mío), lloraban de risa. Incluso ha habido algún conato de aplauso.
Una vez separado de mi pareja de baile y tras saludar agradecido al público he recuperado, en parte, la dignidad ( y el gorrito) y he continuado mi paseo. Pero ya no era lo mismo. Mi opinión respecto a la lluvia otoñal ha variado de una manera radical. Es mas,en ese momento,  no se que me era mas antipática si la dichosa lluvia o la madre del encargado de elegir la pintura de los pasos de cebra de Madrid. Imbuido en  tan interesante soliloquio he caminado sin rumbo fijo por las calles mojadas. Los pocos viandantes con los que me he cruzado  me miraban con cara de sorpresa. Afortunadamente, en esta época de teléfonos móviles, no resulta demasiado extraño ver a alguien gesticulando solo por la calle.


                                                   SOLILOQUIOS
                         AMOROSOS
                                   DE UN ALMA A DIOS.








En MADRID: En la Imprenta de Mufica por Juan de San Miguel, Calle del Barco. Año de MDCCLVI. 8º.





Encuadernación en pasta española. Planos lisos. Lomo cuajado de hierros y filetes dobles. Tejuelo rojo. Cantos tintados.





Portada. Dedicatoria a María Santíssima. Censuras, licencias, informes, erratas y tasas.  Al lector (16). Prólogo del autor.(XIV). 121 páginas. Capitulares. Adornos tipográficos.





Bonita y cuidada edición de esta obra de Lope muchas veces reeditada. Gabriel Padecopeo ( anagrama de Lope de Vega Carpio), aparente autor de la obra, es un seudónimo que Lope usó bastante, normalmente en obras de carácter bastante menos pío que la que nos ocupa.



Las redondillas, tan típicas de Lope, son, en mi opinión, de las mejores del autor. Huyendo del barroco, Lope se refugia en un estilo muy próximo a Teresa de Ávila o Juan de la Cruz. Prescindiendo de todo amaneramiento, el libro rezuma misticismo en todas sus páginas.
                         "Dulcísima vida mía,
                          En quien la inmortal está
                          Por quien vivo, y por quien ya
                          Morir mil veces querría"
Podría estar firmado por Teresa de Avila. 




Pocas veces un pecador( y Lope lo era, con respecto a su fe) ha mostrado su arrepentimiento en forma tan convincente. Es difícil no perdonar a alguien en estas condiciones aunque se tenga la fundada sospecha de que va a volver a las andadas. Y Lope tenía sus problemillas con el sexto, ya se sabe que dos tetas tiran mas que dos carretas ( los marinos dirían que mas ata pelo de ..que calabrote de barco), que le hacían volver a las andadas con bastante frecuencia.








Buenas noches.




domingo, 25 de septiembre de 2011

DE PERFECCIONES Y DEFECTOS.

Es creencia generalizada entre los gentiles, o sea los no iniciados, que un bibliófilo es un ser macilento y huraño, encerrado en una habitación oscura y repleta de libros maravillosos que no lee nunca. Un ser que pasa los días y las noches limpiando y sacando brillo a maravillosas encuadernaciones cuajadas de dorados. Un ser que no tolera la mas mínima imperfección en sus ejemplares. Un ser que mataría por un milímetro de margen.
No voy a decir que no existan bibliófilos de ese tipo. Gente rara hay en todas partes, incluso en la política. Gracias a ellos algunos libreros de viejo viven como el Maharajá de Kapurthala. 
Sin embargo la mayoría de los bibliófilos, por lo menos los que yo conozco, no responde a ese estereotipo.  Es evidente que a todos nos gusta que nuestro ejemplar esté en el mejor  estado posible. Claro que mimamos nuestros libros. Pero preferimos una modesta encuadernación en pergamino de época, aunque no esté en perfectas condiciones, que otra moderna "fashion top". Si nos decidimos a encuadernar, por el mal estado de la original, buscamos la encuadernación mas adecuada al libro, que no es necesariamente la mas lujosa. Cuando mandamos restaurar algún ejemplar, lo hacemos siguiendo unas normas sagradas. La restauración, siempre encomendada a un buen profesional, debe ser visible y, siempre que sea posible, reversible. Se trata de "curar" un libro no de intentar esconder sus defectos. 
Todos tenemos algunos ejemplares en nuestra biblioteca que distan mucho de la perfección. Pueden estar faltos, sucios, etc. Y sin embargo tenemos especial debilidad por ellos. Su aspecto desvalido despierta una especial ternura en nuestro corazoncito de bibliófilo.
El libro que traigo hoy es un buen ejemplo. Lo adquirí hace unos cuantos años. Entonces ya presentaba el triste aspecto que hoy tiene. Muchas veces he pensado restaurarlo. Sin embargo me resisto a hacerlo. Creo que perdería parte de su encanto. Así lo compré y así me gusta. ¿Que haríais vosotros?. Me gustaría conocer vuestra opinión sobre este asunto.


                                                                      EPICTETO,
                                                
                                                        Y PHOCILIDES

                                EN ESPAÑOL  CON
                                                  CONSONANTES




Madrid, por María de Quiñones. 1635. 16º. 1ª Edición.( fecha sacada del Colofón).





Encuadernado en pergamino de época. Estado bastante deficiente. Lomo arrugado y roto por el centro. Vértice superior derecho casi desprendido. Guardas arrancadas ( los buscadores de hojas incunables de las narices).





Portada.Remisión del Vicario. Aprobaciones, licencias, privilegios, fe de erratas y tasas (14). Numerado en hojas. Dedicatoria a don Ivan de Herrera. Razón de esta traducción. Prevención a la pluralidad de los Dioses. Numerado en páginas de la 1 a la 9, luego por hojas. 88 hojas. Seguido de: Nombre, Origen, Intento, Recomendación y Descendencia de la Doctrina Estoica. Portada propia. Paginación independiente. 47 hojas. Falto de la hoja 57 a la 80 del Epicteto.




La impresión es muy cuidada, no en balde La Imprenta de María de Quiñones es una de las mejores de nuestro país en esa época: capitulares, adornos tipográficos. Incluso la calidad del papel, teniendo en cuenta que es ese siglo se hacía muy mal papel en España, es mas que aceptable.




Epicteto, ( 55-135 ),  filósofo de la escuela estoica. No dejó obra escrita, pero su alumno Flavio Arriano, escribió parte de sus enseñanzas en dos obras, El Enchiridión y Los Discursos. (Wikipedia).






Estamos ante una obra del Quevedo erudito. Hay que tener en cuenta que D. Francisco dominaba las lenguas clásicas. Esta es la tercera traducción de Epicteto al castellano pero la primera en verso consonante, lo que obliga al traductor a ciertas licencias. Quizás lo mas interesante de la obra es la carta a D. Iván de Herrera, donde Quevedo aprovecha las enseñanzas de Epicteto para fustigar a la sociedad de su época. Es Quevedo en estado puro.








Buenas noches.