viernes, 15 de julio de 2011

POETA EN BUENOS AIRES. SEGUNDA PARTE.

Durante los meses anteriores a  su viaje a La Argentina, Lorca había mantenido una  relación sentimental con Rafael Rodriguez Rapún, apuesto estudiante de Ingeniería, al que conoció durante una representación de "El Amor Brujo" en la Residencia de Estudiantes. Federico, que venía de una larga relación con el escultor Emilio Aladrén, se enamoró al momento del joven estudiante, ante el que desplegó todas sus dotes de encantador, que no eran pocas. El que la sigue la consigue y poco a poco Rafael fue cediendo al atractivo del poeta. El problema es que Rafael no era homosexual y lo que sentía por Federico era mas platónico que otra cosa, lo que no era el caso del granadino, que buscaba algo bastante mas palpable ( en todos los sentidos). Si a esto añadimos que en aquellos años lo del orgullo gay brillaba por su ausencia, podemos imaginar que la cosa no fue precisamente fácil.
Federico llega a Buenos Aires con el ánimo muy afectado. Los remordimientos de Rafael, las trabas sociales, las dificultades, en suma, han acabado envenenando su relación. Quiere olvidar y Buenos Aires es el sitio adecuado. Pronto se sumerge en el embrujo de la ciudad. Éxito, noches sin final, gente apasionante que le adora como a un Dios, y, de repente, Dodo. Atractivo, elegante, admirado. Lo que iban a ser unas semanas se convierte en meses.
Y, sin embargo, Federico echa de menos a Rafael. Le escribe una carta desde Buenos Aires en la que le dice que piensa en él y que no le olvida. Finalmente, la nostalgia le vence y en Marzo de 1934 regresa a España y rehace su relación con Rodriguez Rapún. Relación que, con altibajos, mantendrá hasta su muerte.
Parece claro que lo que unió a Federico y a Larco fue mas pasión que amor. En el caso del granadino quizás fuese un intento de olvidar a su amante español, cosa que  no consiguió. Del argentino poco sé, por mas que he buscado. Parece haber caído en el olvido. Las pocas referencias que he conseguido son, en general, a través de escritos de su mujer la chilena María Luísa Bombal.





 



                                                  FEDERICO  GARCÍA LORCA
                                             
                                                       C A N C I O N E S 


                                                  (1921-1924)


Madrid. Revista de Occidente. 1929. 8º. 2ª Edición.




Encuadernado en media holandesa en piel de cabra roja y cartón. Lomo sin nervios con con título y autor en dorado. Conserva las cubiertas originales.



Anteportada. Portada. Dedicatorias. 149 páginas.

 

Anotación manuscrita en anteportada " Obsequio de Federico cuando Lola estrenó Bodas de Sangre con decorados de Jorge y Manolo Fontanals." DODO. Sin entender absolutamente nada de caligrafía el texto y la firma parecen estar escritas por la misma mano ( las des son idénticas)






Me hubiese gustado profundizar mas en esta historia que me parece muy interesante, pero quería acabar hoy la entrada porque voy a estar ausente unas semanas. Son días difíciles y me ánimo necesita un poco de alejamiento. Un abrazo muy fuerte a todos y hasta pronto.

domingo, 3 de julio de 2011

POETA EN BUENOS AIRES. PRIMERA PARTE.

El barco avanzaba lentamente por las tranquilas aguas del Río de la Plata. Acodado en la barandilla de la cubierta de 1ª Clase miraba con cierta aprensión a la muchedumbre que se agolpaba en la Dársena A del Puerto Nuevo de Buenos Aires. Volvió  releer el telegrama que había recibido la víspera en alta mar: "Tu llegada es una fiesta para la inteligencia", firmado por la flor y nata de la intelectualidad argentina. Olía a primavera aquel 13 de Octubre de 1933 mientras el "Conte Grande" iniciaba la maniobra de atraque.
Unos meses antes, el 29 de Julio, la gran Lola Membrives había estrenado "Bodas de Sangre" en el Teatro Maipo . A diferencia con Madrid o Barcelona, el éxito fue arrollador. Oprimido por el bestial gobierno del lóbrego General Agustín Pedro Justo (¡tiene bemoles el apellido!), el pueblo bonaerense, siempre ávido de libertad, se volcó con la obra de aquel joven poeta español, republicano a muerte, del que tanto hablaba el cónsul de Chile en la ciudad rioplatense: un tal Pablo Neruda
.Fue tan grande el éxito que, después de una gira triunfal,y enterada de la próxima llegada del poeta, la actriz decidió, en su honor, reponer la obra en la capital. Y esta vez a lo grande. Ni mas ni menos que en el Teatro Avenida y con escenario de Dodó Larco, el gran pintor argentino de la época.
Como a tantos otros (entre los que, modestamente, se incluye este bibliófilo incorrecto) Buenos Aires sedujo a Federico desde el momento mismo de su llegada.. Buenos Aires en primavera es algo a lo que poca gente puede resistirse. Sus calles, sus librerías, sus cafés (sobre todos el Tortoni, del que se hizo asiduo) y, por encima de todo, los porteños, enamoraron al poeta granadino de manera que lo que iba a ser una  visita de pocas semanas se convirtió en una estancia de casi seis meses.
Y el tango. Para un espíritu tan influido por la música, el tango, pensamiento triste que se baila, en definición de Santos Discépolo, fue todo un descubrimiento. Sus letras en lunfardo, el dulzón sonido del bandoneón y toda la estética canalla que rodea a esta música nacida en el Gran Buenos Aires y crecida en La Boca impactó  al granadino.Además, Federico entró en el tango por la puerta grande después de conocer a Carlos Gardel a la salida del teatro, encuentro mágico que acabó,tras recorrer los "boliches mas piolas", en una monumental cogorza a las tantas de la madrugada y  entre promesas de amistad eterna.
Leyendo el párrafo siguiente, podemos hacernos una idea bastante exacta de cual era el estado anímico de García-Lorca en aquellos días porteños tan felices. " En los comienzos de mi vida de autor, yo considero como fuerte espaldarazo esta ayuda atenta de Buenos Aires, que correspondo buscando su perfil mas agudo entre sus barcos, bandoneones, sus finos cabellos tendidos al viento, la música dormida de su castellano suave y los hogares limpios del pueblo donde el tango abre el crepúsculo de sus mejores abanicos de lágrimas."
El día siguiente de su llegada, Lorca es invitado a casa del escritor Pablo Rojas Paz. Ese día conoce a personalmente a Neruda con el que le unirá una gran amistad que solo terminará con el abyecto asesinato del poeta en Agosto de 1939. El conocimiento del poeta chileno será algo que le marcará profundamente.
Su relación es tan potente que, conocida la homosexualidad del poeta español, se ha llegado a especular sobre el tipo de atracción que este sentía por el chileno. No era el caso. Federico admiraba a Neruda y sentía por el una gran amistad. Nada mas ( y nada menos). Podían hablar de España, de Chile, de poesía ¡sobre todo de poesía! hasta el amanecer. Podían improvisar al alimón un enloquecido homenaje a Rubén Darío durante una cena homenaje en el Pen Club. Pero el amor de Federico iba por otros derroteros.
El éxito de sus "Bodas de Sangre" en el Teatro Avenida era arrollador. Aparte de la calidad de la obra y de la magnífica interpretación de la Membrives, la escenografía era espectacular. Su autor, Jorge (Dodo) Larco, es el pintor de moda en los ambientes vanguardistas de Buenos aires. Aunque casado con la escritora chilena y gran amiga de Neruda, María Luisa Bombal, su homosexualidad es pública. Alto, atractivo y empedernido juerguista el flechazo era inevitable...
Continuará.


                                                         FEDERICO GARCÍA LORCA


                                   ROMANCERO
                                       GITANO
                                                                      (1924-1927)






Editorial Sur. Buenos Aires. 1933. 3ª Edición (1ª americana). 8º. La 1º edición es de Revista de Occidente , Madrid, 1928, reeditada en 1929(2ª).








Encuadernación posterior en media holandesa de piel negra y cartón. Lomo sin nervios con título y autor en dorado. No conserva las cubiertas originales. Es obra de Andrés Casares, hijo de Alberto Casares en cuya fantástica librería de la calle Suipacha de Buenos Aires adquirí el libro hace varios años. La librería de Casares es visita obligada para cualquier amante de los libros, sobre todo en ediciones americanas, de las que tiene auténticas maravillas ( alguna 1ª de Borges por la que yo sería capaz de todo).








Anteportada. Fotografía del autor. Portada.149 páginas. Índice.








Dedicado por el autor en página de respeto. " A Dodo Larco con la mejor amistad de Federico García Lorca. Buenos Aires 1933.










¿Que se puede decir del Romancero Gitano?. En mi modesta opinión es flamenco en estado puro. Escuchar  a Camarón  cantando estas maravillas por tanguillos  pone los pelos de punta a cualquiera que tenga una sensibilidad ligeramente superior al palo de una escoba. 







Andalucía estalla en cada verso. Huele a romero y olivos. Lorca y Granada, Granada y Lorca, tanto monta.Y la luna, la eterna luna de Federico, ilumina la noche dando brillo de plata a esa tierra mágica. Porque todo en este libro es magia. Magia a nivel de piel. Magia que se te mete por los poros y te aprisiona.






Y la Guardia Civil. Omnipresente en el campo español. Brazo armado del caciquismo cerril que ha sumido a esta tierra prodigiosa en la miseria durante tantos años. Cuña de la misma madera. Represión y salvajismo en estado puro. Los temidos picoletos, todopoderosos en los pueblos y aldeas de aquella España triste y misera de ayer mismo.De aquella España donde aristócratas inútiles y curas ultramontanos campaban a sus anchas. De aquella España que fusiló a Federico, mató de pena a Machado y de miseria a Hernandez.




















Otro día mas. Buenas noches