sábado, 17 de septiembre de 2011

RIOJA

Acabo de volver de una escapada a La Rioja. En estos días de pre-vendimia el paisaje es exultante. Las viñas enseñan los racimos y muestran un color verde intenso que se volverá rojizo en cuanto los vendimiadores las liberen de su precioso peso.  Debido a este cambio cromático en las vides el espectáculo es de una belleza que sorprende. En pocos días los campos se llenan de plata y rojo donde todo era verde.
Ver una vendimia es algo que aconsejo de todo corazón. Los pueblos, aletargados durante los calores del verano, estallan con una actividad frenética. Hay que vendimiar en el momento justo y cualquier retraso puede ser nefasto para la calidad del futuro caldo. Un continuo trasiego de tractores tirando de remolques llenos de uva deja un reguero de mosto por calles y caminos. El olor dulzón de las uvas impregna el ambiente. Poco a poco los depósitos de las bodegas se irán llenando de un liquido precioso, promesa de futuros placeres. Es entonces cuando la sabiduría de los bodegueros y de los enólogos ira transformado poco a poco ese zumo que, con los años, se convertirá en algo capaz de hacer llevadera esa hora de aburrimiento que siente en algún momento el hombre civilizado (según Nestor Luján si se aburre mas de una hora no es civilizado). Algo que cuando lo bebamos nos reconciliará, por lo menos un rato, con la raza humana. Algo que nos hará disfrutar aún mas de los amigos y nos ayudará a sobrellevar esa melancolía que, Dios no lo quiera, puede producirnos a veces la soledad indeseada.
Y luego están los personajes que esta tierra produce.Gente capaz de mantener una cierta lucidez después de ingerir una cantidad de vino que tumbaría a un regimiento de Húsares, mandos incluidos. Convivir unos días con ellos, si tu hígado lo resiste, es algo que no defrauda. Son alegres, generosos y hospitalarios a mas no poder.
Por no hablar de la comida. Cordero, verduras, patitas, caparrones... . Todo ello acompañado de unas guindillas verdes que harían palidecer de envidia a los chiles que tanto le gustan a mi buen amigo Marco Fabrizio. Fuego en estado puro que los riojanos se zampan en grandes cantidades con un condescendiente -Ya no hay guindillas como las de antes.¡Aquellas si que picaban!- mientras tu te atizas un litro de vino de un trago, perdiendo la poca cordura que te quedaba, en un vano intento de que tu lengua deje de ser algo parecido al Infierno del Dante ( aunque lo peor vendrá al día siguiente, en el cuarto de baño, cuando las angiospermas dicotiledóneas decidan usar la puerta de salida).
Un viaje por la Rioja para cualquier amante del vino, como este humilde servidor, tiene un mucho de iniciático. Hay una generación de jóvenes bodegueros que, a partir de pequeñas empresas muchas veces familiares, están revolucionando el concepto del vino de Rioja. Jóvenes  que, desde la tradición, se arriesgan en la búsqueda de nuevos productos que, manteniendo la calidad, sean capaces de sorprender. Un paseo por los pueblos riojanos nos puede deparar, además de una cogorza de buen tamaño, muchos descubrimientos. Aquí, también, podemos confiar en la amabilidad riojana que nos abrirá todas las puertas. Es una delicia catar vinos en bodegas donde interesa mucho mas que te guste lo que estás bebiendo que la cantidad de cajas que te pueden vender. Donde paso a paso te explican, con una ilusión y un orgullo que no pueden disimular, como como hacen sus productos. Y la satisfacción evidente que sienten cuando ven que te gusta lo que te están ofreciendo.
Levanto mi copa por esa maravillosa tierra. ¡Salud!
P.S.: Me vais a perdonar que los dos libros de hoy sean franceses, pero creo que "maridan"( espantosa cursilería muy de moda entre nuestros "restauradores", otra que tal) muy bien con el texto. Francia, cuidadosa de sus cosas, siempre ha mimado (¡y cobrado!) sus vinos. Gracias a eso es fácil encontrar en el país vecino muchos y buenos libros sobre tan interesante asunto.



                     de vigne
                 en Chai...
                dessins animés
                               par
                        J.Jacques Roussau






París. Editions Delmas. 1949. 3ª edición. En folio.




Rústica editorial. Contraportada.Portada a dos tintas. Índice. Texto en rojo y numerosas ilustraciones en negro.





                                                                                                     
                                                                                                       
Número 2247 de una tirada de 3.000. Larga dedicatoria en portada (desconocido).. Exlibris de tampón en .contraportada, A. Mérigot-Vennat, propietaire-negocialt. St. Stephe (Haut Medoc).  Buen papel.

Vamos con el segundo.



                                                 MON DOCTUER
                                  LE VIN





París. Draeges Freres. 1936. 1ª edición. Gran folio.



   
Rústica editorial con solapas. Potada a dos tintas. Texto de Gastón Deris.Carta del Mariscal Petain. Índice. 42 páginas y 19 acuarelas a doble página de Raoul Dufy. Impresión a varias tintas.


          
     
Aunque sean poco mas que un folleto tengo cierta predilección por este tipo de libros. De fácil lectura, me ha hecho pasar ratos muy agradables. Estos dos, en concreto, son francamente entretenidos. El primero nos explica todo el proceso que va desde la uva a la boca del afortunado. Adornado con unos dibujos muy a tono, el texto tiene mucha gracia.




El segundo es harina de otro costal. Estamos ante una obra profundamente científica. Basándose en las opiniones de los mas prestigiosos galenos y de grandes figuras de las letras y las ciencias, nos demuestra a lo largo de sus sabias páginas las bondades del vino par aliviarnos de: 1-Las enfermedades infantiles,2-La fiebre tifoidea, 3- Las enfermedades renales, 4-La depresión nerviosa y la anemia, 5-El apendicitis,  6-La diabetes, 5-La obesidad.
Nos ilumina sobre las bondades del vino en la convalecencia ( no se muy bien de que, porque es imposible caer enfermo si se consume este caldo), para el carácter, para la moral. Su consumo nos mantendrá jóvenes y guapos. Por último, nos descubre que el vino es indispensable para escritores, artistas y deportistas ( como el Cola-Cao), y que, en definitiva, su consumo nos hará bellos y longevos.





¡Bendito libro! Yo lo haría de lectura obligatoria en todas las Universidades. 
Buenas noches.

4 comentarios:

  1. Apreciado amigo,

    Después de tan atractivo relato, lo menos que uno puede hacer es destapar un caldo de la región. Aquí los bebemos en abundancia y con especial alegria.

    Los libros sobre vinos son siempre muy atractivos y cuando se encuentran bellamenmte decorados aún más. Sobre el contenido del segundo, me sumo a tu propuesta para que se incluyan como texto, por lo menos en la facultad de medicina y nos comienzen a recetar un par de copitas al día.

    Un fuerte abrazo
    Marco.

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  2. Alfonso,

    ótimos livros esses que você mostra neste post! Infelizmente, meu paladar bronco e rude não me permite apreciar as sutilezas do mundo do vinho. Deixo esse hobby para os espíritos e gourmets mais elevados!

    Abraços.
    Angelo

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  3. Marco:

    La verdad es que fueron tus chiles los culpables. Después de leer la receta pensé que hacía falta un buen vino para acompañarlos.

    Los libros de vino, como los de cocina, son muy apetecibles (en todos los sentidos) y una de mis debilidades.
    Un fuerte abrazo.

    Alfonso

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  4. Angelo:

    Con el vino, como con casi todo, hay que insistir. La perseverancia da sus frutos. Todo amante de los libros. como tu, tiene una altura de espíritu mas que suficiente.

    Un abrazo.

    Alfonso

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