viernes, 2 de septiembre de 2011

EN LA FERIA DEL PERDÓN



Actividad frenética en el Parque del Retiro. Va a dar comienzo uno de los momentos álgidos del Gran Show Benedictino, mas conocido como Jornadas Mundiales de la Juventud. Es la hora de que empiece la confesión masiva de peregrinos en todos los idiomas habidos y por haber.
Pero, a pesar del baño místico, España es España. Y,faltaría mas, al tinglado, que tenía que estar terminado (sin falta, oiga, sin falta) la víspera, le faltan todavía los últimos detalles.
Un grupo de obreros, jaleado por unos curillas bastante histéricos, se afana en rematar los confesionarios que se alinean en el paseo de coches.
Al cabo de unos minutos, el capataz se dirige al cura que parece que manda.
-Bueno, padre, esto está listo.
-¿Seguro?. Déjeme que eche una ojeada, que no me fío un pelo..- Contesta el aludido mientras recorre afanósamente los confesionarios.
-¡Los carteles, hombre de Dios, faltan los carteles!
-¿Cuales?
-¡Pues cuales van a ser!. Los que indican el idioma del confesor. Tenga en cuenta que van a venir jóvenes de casi todos los países.
-Eso esta hecho. ¡Mohamed!,¡Gualberto!, coged los carteles de esas cajas y colocadlos en las casetas.
Por fin todo parece estar en orden y una legión de confesores ocupan sus sitios. La ceremonia puede empezar.
En ese momento dos jóvenes de aspecto pasotilla, entran en el paseo por uno de los caminos laterales.
-¡Mira tronco!. Han puesto mogollón de casetas.
-A ver, ¡que pone en esta?...¿Estonio? Que será eso colega.
-Hay un pavo dentro. Yo voy a entrar a ver de que va.
-¡Set Kuisa ei tunnista? (¡desde cuando no te has confesado?).
-¿Tenista?¡ Quien yo?. Que pasa colega ni que me parezca al Nadal.
-¿Sa mängid?. (¿ te tocas?).
-¿Que si mango?. Lo que puedo, tronco, ayer le levantamos al chino una botella de Larios y unas Coca-Colas. ¡Vaya pedo, tío! Alucinas a colores.
-¿Kas kogu päeva? (¿todos los días?):
-¿ Que si pagué el Kas?. Tronco no pillas nada. No era Kas, era Coca-Cola, y me las llevé por todo el morro.
-¿Mitu Korda? (¿cuantas veces?).
-¿Mucha curda?. Tío. nos pillamos un felpudo que alucinas.
-¿Kas teil on sobrannad?. (sales con chicas)?.
-¡Vaya rayada tas pillao con el Kas, tronco!.¡Era Coca-Cola! y no sobró nada.
-¿Evapuhtad asju te teete seda?(¿haces cosas impuras con ellas?).
-¿Que dices tronco!¿La Eva puta? Es mas estrecha que una raya de un escocés. Y ni idea de si tiene las tetas de seda. La que las tiene fetén es la Vanessa que no veas si está buena.
-¿Kas tejiste? (¿ has fornicado?).
-¡Ya te vale con el Kas, tío!. Me voy a acabar mosqueando. ¡Y no me traje nada, coño!. Paso de ti, que estás gilipollas.
Sale del confesionario y se acerca a su amigo.
-¿De que iba eso, colega?.
-Un muermo, tío. Un colgao del Kas, que quería saber como tiene las tetas la Eva.
-Hay gente pa tó.
(Gracias al traductor de Google por la parte en estonio.)

                                 
                                                   EL   CONFESSOR
                                          INSTRUIDO
                       EN LO QUE TOCA A SU CÓMPLICE












Sin datos editoriales. Madrid 1756. En 8º.










Encuadernación en pergamino de época algo desprendida. Autor rotulado en el lomo. Restos de cintas de cierre.







Portada. Aprobaciones y licencias. Prólogo. índice. Bulas de N.. SS. P. Benedicto XIV(17). 247 páginas. Texto a 2 columnas. Adornos orlados. Tres pequeños grabados.





Impresión muy cuidada y con ciertas pretensiones (adornos, grabados), pero algo tosca, no hay mas que compararla con la edición de Antonio Muñoz del Valle, Madrid, mismo año. Parece de alguna imprenta religiosa (a mi entender tiene un cierto "estilo monjil"). Tampoco la calidad del papel ayuda demasiado. El Catálogo Colectivo, cita 11 ejemplares pero no da ningún dato del posible impresor.





 Joseph Vicente Díaz Bravo, carmelita, Doctor en Teología e Inquisidor en Navarra, es autor de varias obras de carácter religioso.






El libro es delicioso. Es la explicación de una Bula de Benedicto XIV (¡mira por donde!) publicada en 1741. En ella el antecesor de Ratzinger prohibía, bajo pena de excomunión,  a los confesores la administración de la penitencia a sacerdotes o religiosos/as con los que habían incurrido en pecado contra el sexto mandamiento (no podía ser otro). De ahí el nombre de cómplice.
A partir de ahí Fray Joseph se explaya. Después de instruirnos con sólidos argumentos y todo tipo de detalles sobre el  tipo de acciones que están incluidas en este asunto (pensamientos, ósculos, tocamientos, cópulas) nos aclara en que excepcionales casos puede un confesor administrar el sacramento a su cómplice sin caer en inmediata excomunión ( de hecho solo en caso de muerte inminente). También nos previene contra las palabras topes, que si bien solo son pecado venial en la mayoría de los casos, son peligrosísimas pues inducen a todo lo anterior,
Nos plantea, luego, algunos casos que por su rareza merecen tratamiento aparte. Entre otros destaca por su gran interés el de si un párroco de una aldea pequeña puede o no confesar a su cómplice en caso de posible peligro de muerte y sin posibilidad de encontrar otro confesor.
Lo que si demuestra este libro es la secular obsesión de la Iglesia Católica por todo lo que tenga que ver con el sexo, máxime cuando es practicado entre miembros de la institución ( y sobre todo si es contra natura). No debía de tratarse de casos aislados cuando un Papa publica una Bula al respecto . Vamos, que no hay nada nuevo bajo el sol.
En cualquier caso recomiendo la lectura de tan apasionante obra. No se si conseguirá el objetivo deseado por el autor, pero garantizo unas cuantas carcajadas.
Buenas noches.

10 comentarios:

  1. Alfonso.

    No puedo ocultar mi interés por libros como el que nos muestras; son libros que cuando se leen entre lineas nos develan una gran cantidad de información y como bien dices, también provocan algunas carcajadas.
    Me gustó mucho la impresión, por tener algunas características comunes a las imprentas de cualquier ciudad hispanoamericana o peninsular. Podría ser un impreso de México, Lima o Puebla.

    Te mando un fuerte abrazo

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  2. Un libro muy apropiado para estos meses de verano en que las pocas ropas incitan contra el sexto.

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  3. Puñetas, he tardado en descubrir lo de cómplices.
    Hay que ver como se las apañaban en el XVIII, si es que el hábito no hace al monje...
    De cualquier modo el título se las trae, si no es por tus aclaraciones no me entero.
    Curioso, curioso librito.

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  4. Alfonso,

    esta obra é realmente muito interessante. Quando se nota quanta tinta e papel foram gastos na discussão desse grave problema para a administração da confissão, então paramos para pensar que esse pecado não devia ser incomum aos párocos.

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  5. Estos libros terminaron siendo los libros de educación sexual de siglos pasados porque era en el único sitio donde se especificaban las incógnitas que tenían nuestros antepasados. ¡Estos manuales de confesores eran unas auténticas guías para la líbido!

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  6. Marco:
    Cierto que tiene mucha similitud con los impresos americanos(¡excepto en el precio!). Incluso en el papel.
    Estos libros demuestran, entre otras cosas, la obsesión por el sexo que ha caracterizado a la Iglesia Católica durante tantos siglos, mientras era cómplice de crímenes aberrantes que, incluso, bendecía. No hay mas que echar una mirada a la historia de tu país.
    Un fuerte abrazo. Alfonso.

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  7. Bibliotranstornado:
    En verano por lo que se ve y en invierno por lo que se imagina, no se yo que es mas incitante.
    Un abrazo.

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  8. PECE:
    Da la impresión que no se aburrían entre ellos. ¡Eso si que es corporativismo!
    Un abrazo.

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  9. Galderich:
    Y morbosillos, además.
    Un abrazo.

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  10. Angelo:
    Yo creo que era, y es, bastante habitual. Cuando un Papa publica una Bula al respecto, es que el problema debía estar muy extendido.
    Un abrazo.

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